Después de 43 años de destacada trayectoria de labor médica, practicada con ética y responsabilidad, el ilustre cirujano general trujillano Víctor Lau Torres cumplirá el límite de edad para el ejercicio de la carrera médica en entidades del Estado, por lo que pasará al retiro de acuerdo a ley. No sin antes recordar que durante este tiempo siempre antepuso el bienestar del paciente ante las adversidades.

“No va a ser un retiro absoluto porque quedan tres cosas por hacer: Primero, la docencia. Yo soy profesor universitario en la Universidad Nacional de Trujillo. Soy director del departamento de Cirugía. Tengo responsabilidades con los alumnos, básicamente con los de pregrado y ahí me quedan cinco años de ejercicio docente facultativos. En este caso, habiendo tantas cosas pendientes yo me voy a quedar en la docencia”, expresó.

Luego, dijo que “en segundo lugar, el jefe de departamento de Cirugía me ha propuesto como consultor en el Hospital Regional para ser convocado en circunstancias especiales, donde la experiencia que uno ha acumulado durante estos 43 años pueda servir de algo. Y he aceptado porque que no está sujeta a horario fijo. A veces necesitan la opinión de un especialista. Y, en tercer lugar, la práctica privada. Yo estoy muy activo. A veces me falta tiempo para dedicarme a todas estas cosas”.

El doctor Víctor Lau enseña una gran lección a los jóvenes profesionales: que con esfuerzo y esmero se puede lograr una trayectoria sobresaliente. Desde 1978 trabaja en el Hospital Regional Docente de Trujillo, donde también ha sido maestro de muchas generaciones. Desde 1991 es profesor en la Universidad Nacional de Trujillo. Ingresó como profesional contratado y ahora es uno de los docentes principales. En 2018 llegó a ser decano del Consejo Regional I del Colegio Médico del Perú, donde tuvo una gestión notable para los agremiados.

Uno de sus principales retos durante su ejercicio médico fue liderar un equipo médico para cirugía laparoscópica, “usando recursos que no eran convencionales, que eran adaptados de otros, que no eran quirúrgicas, pero funcionaban, como una cámara de video con la que hicimos las primeras cirugías laparoscópicas. Se hizo también una unidad de cirugía que lleva mi nombre porque yo la cree, yo la implementé y todavía funciona y funcionará porque es una de las partes importantes del manejo ambulatorio”.

Desde su experiencia, recomendó a los jóvenes médicos tres pilares básicos: innovación, actualización y ética.

“Los jóvenes médicos ahora tienen más posibilidades de desarrollo en la profesión que hace 25 años por la tecnología avanzada. Tienen que estar actualizados en el conocimiento y actuar siempre basados en las evidencias médicas y que en todos sus actos prevalezca la ética para no aprovechar los aspectos ventajosos”, finalizó.